Si Puebla es ciudad de españoles, Cholula es su contrapunto indígena. Habitada durante miles de años, Cholula -en realidad dos ciudades, San Pedro y San Andrés- se construye sobre la ciudad prehispánica, un gran centro ceremonial con siglos de tradición.
Pensó Hernán Cortés, al ver la cantidad de teocalis, que se podría orar en un templo distinto cada día del año. Santuarios prehispánicos, arcos mudéjares, cúpulas barrocas, conventos-fortaleza y la inagotable creatividad indígena conviven en la explosión espiritual y artística que es Cholula.
Murales en la pirámide, frescos de jaguares en el atrio del convento, mil almas ascendiendo al cielo bajo la mirada benigna de María. El artista indígena, el tlacuilo, continuó deslumbrando con su obra durante siglos.
Y siguiendo con la tradición artística, Cholula es también Talavera. Aquí se concentran las fábricas que continúan produciendo estas auténticas obras de arte según el proceso tradicional mezclando arcillas, cociendo en el horno, moldeando las piezas una a una y pintándolas a mano, como antaño. El color inunda patios y fachadas. Así sigue siendo Cholula, un lugar de tradiciones anclado en dos mundos.
QUE HACER:
- Atravesar los túneles de la Gran Pirámide y luego subir hasta el Santuario de los Remedios para contemplar las panorámicas del Valle con los tres volcanes de fondo.
- Aprender cómo se fabrica la auténtica Talavera poblana y comprar una pieza única.
- Visitar las extraordinarias iglesias de Santa María Tonantzintla y San Francisco Acatepec.
- Tomar un café con vistas al Ex-Convento Franciscano de San Gabriel en los portales de la Plaza de la Concordia.
- Entrar en la Capilla Real, diseñada como la Mezquita de Córdoba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario