La
belleza arquitectónica que caracteriza a Tula es, sin duda, reflejo del poderío
del imperio tolteca en diversos ámbitos. La magnificencia con la que sus
templos fueron construidos y la hermosa forma en que fueron decorados revelan
la madurez de esta cultura. Descubre los secretos mejor guardados de un
imperio, experimenta de cerca la cultura y la historia tolteca.
Un
kilómetro al oeste de Tula de Allende podrás iniciar tu recorrido por la
capital del imperio. Los Atlantes, imponentes, miran hacia el horizonte y
custodian la parte superior del templo de Tlahuizcalpantecuhtli. Con casi cinco
metros de altura, estas estructuras labradas en piedra basáltica son el
atractivo principal de la ciudad. Se cree que su ubicación se debe a que sostenían
un adoratorio dedicado a Quetzalcóatl, y que despertarán de la calma cuando un
enemigo amenace la ciudad. Al norte de los atlantes encontrarás una cancha de
juego de Pelota y el hermoso Palacio Quemado, separado de los atlantes por un
pasillo, donde encontrarás 13 figuras humanas ataviadas con collares y brazales
en manos y tobillos; grabadas en piedra, son muestra de la belleza con la que
eran decoradas las construcciones toltecas. Para complementar la visita y la
visión de esta hermosa ciudad, no olvides visitar el Museo Jorge R. Acosta,
donde el Chaac-mool, entre muchas otras piezas, espera tu visita.
Si quieres
seguir la pista de las antiguas civilizaciones traza tu ruta para visitar
también la zona arqueológica de Xihuingo, en el municipio de Tepapulco. Ubicada
a sólo media hora de San Juan Teotihuacan, y al norte de ciudad Sahagún, esta
pequeña ciudad perteneció a la cultura teotihuacana y se consolidó como un
punto importante para el comercio, ya que su localización supone una de las
rutas de intercambio comercial que iba del altiplano central hacia el oriente.
Ven
y sorpréndete con los tesoros mejor guardados de esta urbe prehispánica, Vive…“La experiencia de tu Vida”.
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