En las faldas del Popo, la ciudad aparece rodeada de un vergel de todos los colores, campos de flores que llegan a perderse en el horizonte. Las flores lo inundan todo, son parte de lo cotidiano.
Atlixco presume de disfrutar del mejor clima del mundo. En las laderas del volcán, rigen manantiales de aguas medicinales, balnearios, quebradas y espectaculares vistas de las fumarolas del Popo.
En estas fértiles tierras se asentaron los españoles, que construyeron templos de bellas cúpulas e imponentes conventos, que aparecen más hermosos que nunca cuando Atlixco, por Navidad, se convierte en La Villa Iluminada.
Muy recomendable, participar en la gran fiesta del Huey Atlixcayoltl, con danzas tradicionales de toda Puebla, como los quetzales o los hombres pájaro; admirar las extraordinarias alfombras floraes que cubren el Zócalo durante el día de muertos; escaparse con la familia a uno de los conocidos balnearios de la zona; pasear por el centro y conocer sus grandez exconventos, como del Carmen o San Francisco y probar la famosa cecina y Obviamente, comprar flores…
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