Frente al muelle del Puerto de Veracruz se encuentra el maravilloso lugar de San Juan de Ulúa; una imponente fortaleza erigida sobre el islote del mismo nombre, con piedras de coral.
Esta maravilla arquitectónica fue construida
a mediados del siglo XVI con el fin de proteger el fondeo de las embarcaciones
por el mal tiempo y de detener los ataques de piratas y filibusteros, pero a lo
largo de los años, sus muros han sido testigos de numerosos acontecimientos
históricos llenos de gloria, sombra y misterios que dieron lugar también a
innumerables leyendas.
En 1847 fue asediada por las tropas
americanas, más tarde se convirtió en una temida cárcel de alta seguridad hasta
que en 1915, el presidente Venustiano Carranza dictó un decreto que la
convirtió en Residencia Presidencial. Desde
Noviembre de 1984, es un museo, con excepción de uno de los baluartes el
cual está ocupado por la Armada de México.
Recorrer el Fuerte de San Juan de Ulúa es
transportarse a través de casi 500 años de historia que aún resuena en sus
pasillos, celdas, bodegas, calabozos y patios; la experiencia se complementa
con una gran exhibición de maquetas y dibujos que narran el desarrollo del
edificio.
Cada noche, desde la parte norte del Malecón
de Veracruz, la fortaleza se llena de color gracias a un sistema de iluminación
que se encarga de reafirmar su majestuosidad.
En una visita de vacaciones al Puerto de
Veracruz, el Fuerte de San Juan de Ulúa es una parada obligada.
Al salir del museo se puede seguir disfrutando
de las tradiciones de la ciudad, como tomar un café lechero en el Gran Café de
la Parroquia o pasear entre los edificios históricos del Zócalo, como la
Catedral de la Asunción, el Palacio Municipal o el Edificio de Correos
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